El tratamiento para el déficit atencional con fármacos sólo es exitoso cuando la familia participa y se deja asesorar.
por EFE | 17/03/2009 - 12:14
Cuando un niño no para de jugar o de moverse y no presta atención con frecuencia a los detalles, incurre en errores por descuido en las tareas escolares o pierde objetos, es probable que pueda estar afectado de un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), lo que supondrá estar sujeto a tratamiento psicoeducativo y farmacológico.
Noticia extraída de latercera.com del día 17 de marzo de 2009
Los padres de niños con este trastorno suelen reclaman de los profesores más conocimiento sobre esta patología y un esfuerzo por adaptar las metodologías de estudio a los afectados.
Se calcula que entre un 5 y un 6% de la población infantil, al menos España, padece TDAH, un trastorno que afecta al sistema nervioso y se manifiesta mediante el aumento de la actividad, la impulsividad y la falta de atención.
Los síntomas de esta patología suelen presentarse en torno a los 6 años, cuando el niño comienza a socializarse en la escuela una vez que ha dejado el jardín de infancia e inicia el período de aprendizaje de las distintas materias escolares. Una persistencia de los síntomas durante al menos seis meses confirmaría que estamos ante un cuadro de cierta gravedad.
ESTAR ATENTO A LOS SÍNTOMAS
A menudo, los síntomas confunden a los padres y educadores porque consideran que el niño es un tanto dejado o un poco vago en lo que se refiere a sus obligaciones escolares cuando en realidad estamos ante un ser enfermo que demanda, antes que los fármacos coadyuvantes, cariño, comprensión y ayuda médica y en ningún caso castigos o reprimendas.
El niño afectado por este problema extravía con frecuencia juguetes, lápices o libros, rechaza las tareas que requieren un esfuerzo mental y se dispersa con estímulos irrelevantes, según consta en los anales más comunes de estudios de psiquiatría y psicología.
En muchos colegios se está consiguiendo poco a poco que los profesores conozcan el TDAH, pero todavía los padres siguen recibiendo notas de los educadores sobre el mal comportamiento de sus hijos, aunque éstos hayan sido ya diagnosticados.
Algunos neurólogos se han mostrado contrarios a que a los niños afectados por el problema se les baje el nivel de exigencia académica y defienden una adaptación de los métodos de aprendizaje porque requieren más tiempo que el resto de los alumnos. Por ejemplo, creen que darles las preguntas de un examen por separado les ayudaría mucho.
TRATAMIENTOS
El tratamiento del hiperactivo incluye un apartado farmacológico, pero para que éste tenga éxito debe implicarse en él la familia, que debe ser autocrítica y dejarse asesorar, y también los responsables de la escuela donde todavía las actuaciones dejan mucho que desear.
Aunque la hiperactividad no es una enfermedad irreparable, los expertos tienen testado, tras diferentes estudios comparativos, que en torno a un 70% de los niños a los que se les diagnostica este trastorno mantendrá los síntomas durante la edad adulta, por lo que se verá obligado a medicarse durante el resto de su vida.
Cuanto antes se descubra la enfermedad, el pronóstico será mejor a largo plazo porque será el momento ideal para comenzar el tratamiento, que tiene una doble vertiente: farmacológica, en la que se suministra al enfermo un estimulante de la atención llamado metilfenidato, y educativa.
Aunque la hiperactividad es un trastorno del que aún no se conocen claramente las causas y no tiene curación en la mayoría de los casos, con un buen tratamiento los síntomas más característicos como la inquietud manifiesta o la falta de atención pueden verse reducidos a la mitad.
En lo que sí coinciden los especialistas es en que se trata de un problema neurológico que radica en que una parte de la corteza frontal del cerebro no coordina bien una serie de acciones, lo que origina inquietud, nerviosismo, falta de atención y que el muchacho se disperse.